Aún vigente La Plata Nº 80 tal vez sea la más trascendente de todas las logias platenses. Según los registros oficiales fue fundada entre otros por Pedro Benoit el 4 de junio de 1885. Basados en un antiguo documento de la logia, podemos datar el Levantamiento de Columnas (fundación), con fecha 5 de marzo de 1885, siendo que en junio de ese mismo obtuvo su Carta Patente (autorización formal de la Gran Logia de la Argentina para trabajar bajo su órbita).
Originalmente su nombre completo fue Augusta y Respetable Logia Capitular La Plata N°80, funcionando bajo el auspicio del Supremo Consejo y Gran Oriente para la República Argentina, denominación que tuvo la masonería argentina, hasta que el Supremo Consejo y la actual Gran Logia de la Argentina comenzaron a funcionar por separado.
El apelativo de logia Capitular indica que La Plata Nº 80 trabajó en los Grados Superiores del escocismo, y también estuvo facultada para otorgarlos. Por ejemplo, entre sus fundadores, sólo uno de ellos (Diego J. Villafañe – Aprendiz -) no era al menos, Maestro Masón. Esta particularidad se daba habitualmente en las logias argentinas de aquel entonces, debido a que el Supremo Consejo (órgano máximo del escocismo) y el Gran Oriente (Gobierno del simbolismo masónico, que rige sobre los 3 grados de Aprendiz, Compañero y Maestro Masón) convivían, conformando la única autoridad de la masonería argentina.
En su seno, esta logia cobijó e inició a cientos de destacados ciudadanos platenses. El surgimiento de La Plata Nº80 arroja un interrogante ¿Por qué pasaron más de dos años entre la fundación de La Plata y el Levantamiento de Columnas de logia si sus primeros miembros tuvieron presencia en la ciudad desde 1882 La respuesta la encontramos en la propia composición de La Plata Nº 80?
Sus miembros eran destacados ciudadanos que llegaron a la nueva capital a desempeñar un cargo público (en el Ministerio de Justicia, en Salud, en la Policía, o en el poder Legislativo). Pero los primeros edificios públicos se inauguraron recién a partir de fines de 1884 y durante los meses siguientes. El Poder Ejecutivo provincial ordenó ese año que los poderes y reparticiones públicas se trasladasen a La Plata en la medida que los edificios estuviesen listos para ser ocupados. A partir de abril de 1884 los miembros de los poderes ejecutivo, legislativo y judicial de la provincia de Buenos Aires, estuvieron en condiciones de instalarse definitivamente en La Plata. Se realizó un gran banquete para la ocasión, donde el reconocido artista Pepe Podestá se presentó ante la concurrencia con su personaje Pepino el 88.
Los masones que formaron parte de la primera etapa de La Plata Nº 80 se agruparon entonces antes de 1885, cuando llegaron a nuestra ciudad a tomar posesión de sus nuevas funciones en la administración provincial. Antes de ese año sólo concurrieron a la ciudad ocasionalmente y quienes ostentaron antes de 1884 algún cargo, realizaron sus tareas desde la ciudad de Buenos Aires.
Las pruebas de estas afirmaciones las podemos encontrar en la guía General de La Plata de 1884, de la cual contamos con una copia, donde por pedido del entonces Gobernador y destacado masón, Dr. Carlos D’amico (miembro de La Plata 80), se realizó un índice por rubros de vecinos y comercios en la ciudad. En esas páginas se expresó que varias de las más importantes obras edilicias todavía en 1884 estaban en etapa de proyecto y unas pocas al borde la concreción.
Esta Respetable Logia, cobijó en su seno a destacados ciudadanos que muy probablemente no se hubiesen conocido en otro ámbito, pues la composición del taller fue en sus comienzos de lo más diversa. La integraron artistas, periodistas, médicos, comerciantes, legisladores, abogados, jueces, artesanos. No debe sorprendernos que así fuera, pues es una de las principales características de las Masonería, que algunos detractores consideran exclusiva, pues nosotros lo vemos con otro prisma, y creemos que nuestra fraternidad es inclusiva.
De las personalidades que estuvieron presentes en el acto fundacional de 1882, muchos fueron miembros de La Plata Nº 80. A fines del Siglo XIX contaba casi con un centenar de miembros.
En un principio el templo de la logia estuvo ubicado en dependencias del Banco Constructor, situado en la Avenida 7 esquina 47 (Sede del Banco). Dicha entidad financiera estuvo íntimamente ligada a varios de los primeros miembros de la logia, pues ellos la fundaron y condujeron su destino hasta pasada la crisis de 1890. A través de este banco se lograron financiar las construcciones de varios edificios públicos que aún permanecen en pie en el casco urbano de la ciudad. Observamos también que muchas propiedades ubicadas en el radio céntrico, que se encontraban loteadas para el año 1884, pertenecieron al Banco Constructor, según consta en la Guía General de La Plata de 1884.
Ya en el año 1890, encontramos según las crónicas de la época, que el templo de La Plata Nº 80 se ubicó en la céntrica esquina de 8 y 53, frente a la Legislatura Bonaerense. El inmueble aún se encuentra en pie y es asiento de la Secretaría de Derechos Humanos. Se trata de una casa con frente por las calles 8 y por la Avenida 53. Este lugar sirvió oportunamente como centro de asistencia a los heridos locales de la Revolución del Parque.
Los artículos periodísticos publicados, por ejemplo, por el diario El Día de La Plata durante la última década del Siglo XIX, arrojaron algo de luz sobre aquellos años. Marcaron con claridad la ubicación del templo, como así también, se nombró a los miembros de la logia y el grado que ostentaban.
Se han mencionado en estas publicaciones, asambleas masónicas; cenas de solsticio; las llamadas Tenidas Blancas (reuniones masónicas abiertas a la sociedad en general); Tenidas regulares, realizadas en las instalaciones de la casona de calle 8 y 53, y para el año 1898 en un templo ubicado en Avenida 7 N°1116 entre las calles 55 y 56.
Los nombres de muchos y destacados ciudadanos platenses fueron reproducidos en los diarios como miembros de la masonería, llegando a transcribir, en algunos casos, breves pasajes de discursos, cartas y comunicaciones que serán tratados en artículo.
Tal vez el órgano de difusión más importante con que haya contado la masonería local fuese el semanario La Verdad, creado en el año 1896 y dirigido por el Venerable Maestro de la logia La Plata Nº 80, Angel Ferrando.
Desde sus páginas se publicaron todo tipo de informaciones referidas a la orden, tanto en el ámbito local como internacional; como así también, se han hecho públicas diferentes cartas de la logia, algunas de ellas de neto corte administrativo ante las autoridades nacionales, cuestiones personales o de necesidad de algún Hermano o logia de este oriente.
Al mismo tiempo que La Verdad se publicaba en La Plata, el presidente de la logia, Angel Ferrando, promovió la creación de una biblioteca masónica local, para lo que requirió la ayuda de los Hermanos platenses en la organización de los archivos y el ordenamiento de los volúmenes. Para este cometido, contó con numerosas donaciones de libros de sumo interés para los masones locales.
Ya a finales del año 1898, cuando el semanario dejó de publicarse, la masonería platense con los miembros de La Plata Nº 80 a la cabeza, lograron escriturar un terreno en el cementerio de La Plata, cuyo fin fue el de construir un panteón masónico.
En el marco de una masonería en constante crecimiento y qué más allá del gran trabajo filosófico realizado en sus talleres, sumaba a esto, acciones filantrópicas como cursos de costura para las damas, clases de idioma para extranjeros residentes, padrinazgo de colegios, tutela de niños, hasta una escuela gratuita de dibujo industrial. Pensemos en una ciudad con menos de 20 años de vida y en constante expansión, que necesitaba contar con técnicos y profesionales hasta lograr el desarrollo proyectado en la década de 1880.
Los primeros miembros de La Plata Nº 80, tuvieron a su cargo fuera de la logia responsabilidades de distinta índole que contribuyeron al crecimiento de la ciudad. Por La Plata 80 pasaron masones que ostentaron cargos ejecutivos a nivel municipal y provincial, legisladores nacionales y provinciales, fundadores de periódicos, y escritores, entre otros.
Hemos logrado un listado completo de los primeros miembros de la logia.
Dicho Cuadro Logial o lógico, corresponde a un documento original, que fuera publicado por el Diario El Día de La Plata el 6 de enero de 1980, en un artículo firmado por Ernesto A. Valsecchi (ex Venerable Maestro de La Plata 80), y que tuvo como objetivo destacar el trabajo de la logia desde su creación hasta ese momento, tan cercano al centenario de la Capital de la Provincia de Buenos Aires. En él se puede apreciar el nombre y apellido del masón afiliado a la logia, junto a su profesión, y, si al momento se encontraba con vida, así como resultarán de interés varios nombres de esos miembros fundadores, ligados íntimamente a la fundación y dirección de la ciudad de La Plata.