La nueva capital provincial
La fundación de la ciudad de La Plata permitió que una disputa económica fuera zanjada por una decisión política. La Federalización de la ciudad de Buenos Aires y su aduana, fue el eje de discusión durante décadas al ser que la principal fuente de ingresos del país provenía del puerto y la aduana bonaerense. Esta situación provocó que grandes actores de la política nacional, muchos de ellos masones (Sarmiento, Alsina y Mitre entre otros) se enfrentaran en luchas fratricidas defendiendo su modelo de país, desembocando inexorablemente en el derramamiento de sangre y en la separación de Buenos Aires de la Confederación Argentina.
La Federalización se produjo en 1880, en medio de otra guerra civil y trajo consigo la necesidad de dotar a la Provincia de una nueva Capital. Para tal fin, el Gobernador Dardo Rocha en 1881 les consignó a sus colaboradores la búsqueda de un terreno que cumpliera con las condiciones para edificarla. Por lo que formó una comisión integrada por los masones Aristóbulo del Valle; Eduardo White; Faustino Jorge; Antonio Cambaceres y José María Ramos Mejía, quienes estudiaron diferentes terrenos ubicados en Ensenada; Quilmes; Dolores; Mercedes; San Nicolás; Belgrano y San José de Flores.
Las conclusiones de los estudios fueron elevadas al Gobernador el 1 de octubre de 1881. El 14 de marzo de 1882 el Dr. Dardo Rocha realizó su elección basado en las recomendaciones recibidas y designó a las Lomas de Ensenada como el lugar más adecuado para construir la nueva capital de la provincia de Buenos Aires. Con celeridad, el 5 de junio de 1882 el Poder Ejecutivo aprobó el plano de la ciudad Capital, que fuera proyectado por el Departamento de Ingenieros bajo la dirección de Pedro Benoit. Tan magna obra requirió una gran cantidad de obreros, que con profesionalismo y rapidez comenzaran a edificar la ciudad. Ante este panorama, Dardo Rocha comisionó a su colaborador, Vicente Caetani para que se trasladara a Europa y contratase 1.000 obreros especializados adicionales.
El Plano de La Plata El Gran símbolo
Listo y aprobado el plano por el Poder Ejecutivo provincial se presentó como un ambicioso proyecto que, a la vista de los iniciados en la masonería, no podía sino cautivarlos. Siendo la geometría su base, sostenido por la razón y decorado por la belleza de sus edificios públicos, el proyecto del casco urbano se basó fundamentalmente en los conceptos higienistas.
La Plata no sólo se convirtió en la ciudad ideal y racional, sino en un concepto integral que tuvo sus raíces en una necesidad política, administrativa, sanitaria y progresista marcada por los ideales de una generación.
Como característica principal el trazado de la ciudad quedó conformado por un polígono regular de cuatro lados; cruzado por dos diagonales que se cortan en el centro de la figura. Contando además con un sistema de Avenidas cada 6 manzanas cuadradas de 120 metros de lado, repetidas otras 6 veces en ambos sentidos. En cada intersección entre Avenidas se ubica un espacio verde (plaza o parque), conformando verdaderos pulmones para la recreación y esparcimiento. Estando el casco urbano circunvalado por avenidas y bulevares que se conectan fácilmente con las principales arterias y diagonales.
Con esta disposición se logró una circulación mucho más ordenada en las calles platenses creando un sistema de venas, arterias y espacios verdes que funcionaron como pulmones permitiendo el movimiento de aire.
Dardo Rocha sugirió incorporar al trazado el Paseo del Bosque por considerar que cumplía con «todas las necesidades de belleza, comodidad e higiene». Durante las primeras décadas de vida de la ciudad, la elite platense pasaba sus domingos allí. En el marco de esta concepción higienista de la nueva Capital, se dispuso que el eje central de la ciudad corriera de Oriente a Occidente, siendo éste la línea que tendría que ocupar la Avenida 52, sobre la que se ubican los principales edificios de la ciudad y los primeros en construirse. Como particularidad las calles de la ciudad se encuentran numeradas, facilitándoles de esta forma a los visitantes su ubicación en la urbe.
La Plata concebida por masones
La ciudad tiene un inconfundible tinte masónico que se hace evidente para el iniciado con sólo mirar el plano de La Plata. La masonería “es” a través de sus hombres, y la nueva capital provincial fue pensada y edificada por sabios constructores versados en el arte pitagórico y los ideales del higienismo sanitarista.
La fecha elegida para la fundación de la ciudad fue el 19 de noviembre, día de San Ponciano (fecha en que se conmemora la muerte del 18º Papa de la Iglesia Católica, año 235). San Ponciano se convirtió así en el Santo Patrono de La Plata, siendo ésta una fecha sumamente significativa para Dardo Rocha. Ese día era también el cumpleaños de su segundo hijo Dardo Melchor Ponciano Rocha. Este nombre tuvo una notable influencia sobre Rocha y la ciudad, ya que la primera iglesia construida (por Pedro Benoit) en La Plata, fue justamente llamada San Ponciano.
Con el tiempo, transcurridas ya varias décadas luego de la fundación de La Plata surgió una hipótesis sumamente interesante sobre el origen del trazado, que se relacionó con la ciudad que el visionario escritor francés Julio Verne describió en su libro “Los Quinientos Millones de la Begún” editado en el año 1879, tres años antes de la fundación de La Plata.
Verne se valió en su historia de ideas tan afines a la masonería como la lucha contra la tiranía, el progreso y la filantropía. Puso de manifiesto en sus páginas los ideales higienistas creando una ciudad libre de todos los vicios de las grandes capitales europeas, donde la simetría, el orden y el espacio verde se materializaron en una ciudad de América del Norte llamada France Ville, que bien podría ser La Plata.
La corriente higienista local tuvo a su servicio a destacados profesionales y masones, como lo fueron Juan Dillon, Emilio Coni, José Penna, Eduardo White o Pedro Payró que colaboraron con los proyectistas de La Plata para volcar esas ideas en el plano de la nueva Capital.
Verne describió una ciudad trazada en cuadrículas, con amplios bulevares y arboledas; en las intersecciones de las avenidas se ubicaron espacios verdes destinados a la recreación. El escritor le endilgó a su France Ville ser el asiento de artistas, intelectuales y hombres de ciencia que brindaron lo mejor de sí en pos del progreso. Sumado a una fuerte apuesta de gestión pública que esta Ciudad – Estado puso en marcha desde su fundación.
¿Es la ciudad de La Plata la materialización de la France Ville creada por Verne?
Dando crédito a esta idea ¿Opacaría acaso la labor de los prestigiosos profesionales que trabajaron en el proyecto de la nueva Capital de la Provincia?
Es un hecho concreto que La Plata se fundó 3 años después que el libro del francés se editara por primera vez. Bien pudo llegar a manos de los fundadores aquel estupendo diseño de la France Ville de Verne, sea por la lectura de “Los Quinientos Millones de la Begún”; por contacto directo o indirecto con los fundadores de la ciudad; o lo más probable, que Verne se nutriera de las mismas fuentes que promovieron los ideales higienistas materializados en la ciudad de La Plata. Pero es innegable que existe una similitud entre el trazado de La Plata y France Ville.
¿Qué tipo de ciudad Describió Julio Verne?
En el capítulo X de su novela refiriéndose a France Ville afirmó que “El plano de la ciudad es regular. Las calles, cruzadas en ángulos rectos, están trazadas a distancias iguales. Plantadas de árboles y designadas por números de orden. De medio en medio kilómetro, la calle, tres veces más ancha, toma el nombre de paseo o avenida. En todos los cruces de las calles, hay un jardín público adornado con esculturas”. La semejanza entre France Ville y La Plata es sorprendente. La diferencia es que en ésta última las avenidas se encuentran cada 600 metros y no cada 500 como en la ciudad de Verne.
Al fundarse La Plata las crónicas de la época hacían referencia a esta similitud, llamando a la capital bonaerense “La ciudad a lo Julio Verne”.
El periódico “El Diario” el 14 de Noviembre de 1882 se erigió como órgano defensor de la nueva Capital y de la candidatura de Dardo Rocha a la Presidencia de la Nación, pronunciaba en su editorial titulada “Obras son amores” que “Los literatos… que se nutren de la lectura fácil de las novelas modernas… encontraron ocasión propicia para decir que La Plata es una ciudad fantástica, una ciudad a lo Julio Verne” Al cumplirse 50 años de la fundación de la ciudad, el diario El Día, en una de sus editoriales se afirmaba que: “El Día que se colocaba la piedra fundamental, no eran pocos los que exclamaban: La Plata será un mito, una ciudad de Julio Verne… Los 50 años han llegado y la ciudad de Julio Verne es un arquetipo de ciudad, la más hermosa de las urbes argentinas. La fábula que imaginaban los escépticos… es el prodigio real de la argentinidad”.
Si France Ville fue una ciudad ideal concebida para una novela, La Plata se erigió también como un faro del conocimiento y el progreso, trascendiendo una idea y materializándose como el proyecto de una generación. Esto le valió que, en la Exposición Universal Internacional del año 1889 en París, Argentina tuviera su delegación encabezada por Santiago Alcorta, donde el proyecto de la ciudad de La Plata obtuvo dos medallas doradas en las categorías “Ciudad del Futuro” y “Mejor realización construida”, diversas crónicas han afirmado que el propio Julio Verne fue parte del jurado que premió a La Plata. La firma Levelier Hnos. confeccionó una maqueta de la ciudad de yeso y en relieve, que fue expuesta en Paris, obteniendo las mencionadas distinciones.
El simbolismo en La Plata
El símbolo por el cual la Masonería es reconocida universalmente, la Escuadra y el Compás constituyen a la vista la manifestación más notoria del carácter de sus constructores. Estas figuras están conformadas por las diagonales 73; 79; 74 y 80; y 77 y 78 respectivamente, surgiendo naturalmente por las propias características del trazado.
También siguiendo a las principales Avenidas y diagonales, se pueden observar una plomada y un nivel. El plano mismo es la representación de una logia. El paseo del Bosque es el Oriente Masónico, lugar de asiento de la máxima autoridad de la logia. A su vez, los dos parques más grandes de la ciudad llamados San Martín y Saavedra se erigen como el Primer y Segundo Vigilante de la logia respectivamente.
En consonancia, el resto de las plazas están ubicadas de la misma forma que los demás Oficiales que conforman una logia siendo visible esto por la superficie que le fue asignada a cada espacio verde, existiendo preeminencia de uno por sobre otro.
En el centro del trazado se encuentra la plaza principal de la ciudad (Moreno), que puede identificarse como el Ara (altar) masónico presente en todas las logias y sobre el cual se apoya un ejemplar de La Biblia, junto a la Escuadra y el Compás, presentes en el plano y que justamente confluyen en Plaza Moreno.
El Oriente representa para la masonería el lugar desde donde proviene la luz (el conocimiento), razón por la cual el Venerable Maestro (Presidente) de una logia representando a la Sabiduría tiene su sitio allí. Bajo esta misma idea, se concibió que, en el espacio tomado como el Oriente de la ciudad, o sea el Paseo del Bosque, se dedicó al estudio de las ciencias. Allí se construyeron el Museo de Ciencias Naturales; el Observatorio; el Zoológico; y ya con la fundación de la Universidad de La Plata, se asentaron también las facultades de Física, Química, Ingeniería, Colegio Nacional Rafael Hernández y la escuela Graduada Joaquín V. González (Anexa), todos ellos emblemas de la educación gratuita y laica.
¿Es esto fruto de la casualidad? Difícilmente, debido a la propia concepción racional de la ciudad y obedeciendo a un proyecto integral que no ha dejado desde sus inicios nada librado al azar.Del plano simbólico a lo material
Tomando como centro geográfico de la ciudad la Plaza Moreno, como se mencionó desde lo simbólico responde al Ara de los juramentos. Espacio ubicado y circundado por las calles 12 – 14 -50 – 54. Partiendo desde el centro de la plaza y hacia el oriente simbólico se llega al paseo del bosque. Sobre el mismo eje en el cual se ubica Plaza Moreno y sobre todo la piedra fundamental, emplazada sobre las avenidas 51 y 53, se ha conformado lo que se conoce como Eje Fundamental.
Siguiendo esta traza desde el centro de la plaza hacia el bosque nos encontramos con los edificios públicos pensados en el proyecto fundacional que representan al Estado y a sus diversos poderes.
Sobre el eje fundamental (avenidas 51 y 53) nos encontramos en calle 12 con el Palacio Municipal, siguiendo por la misma traza y entre las calles 7 y 8 se encuentra la Legislatura bonaerense. Cruzando la Plaza San Martín con la Casa de Gobierno de la Provincia, y antes de ingresar al paseo del bosque en las calles 2 y 3 el Ministerio de Seguridad (que en el proyecto fundacional tuvo la misma función. Departamento de policía – bomberos y alcaldía). A partir de aquí es que se ingresa al oriente simbólico: el paseo del bosque.
A través del eje fundamental; cruzando la Plaza Almirante Brown frente a ese acceso, la emblemática Casa Curutchet, construida por el reconocido arquitecto suizo Le Corbusier, también masón, conocedor de la simbología y trazado platense.
En La Plata partiendo desde su centro geográfico (piedra fundamental) hacia el este (paseo del bosque), encontramos a estas construcciones que representan al estado. Ya en el bosque, los mencionados centros de estudios de las ciencias dependientes de la universidad. El oriente, lugar y asiento del conocimiento, fuente de luz y sabiduría para la masonería.
Aquí es donde se puede ver claridad una idea de época. La separación Iglesia – Estado; la racionalidad versus la fe religiosa y el dogma.
En Plaza Moreno del lado opuesto a los ya mencionados edificios estatales y de las ciencias, la única construcción diagramada en el proyecto fundacional es nada más y nada menos que la Catedral de La Plata, el mayor templo consagrado a la fe religiosa y al catolicismo platense. Al margen que el proyecto de la catedral fue realizado por Pedro Benoit junto a su grupo de ingenieros y arquitectos, siendo Benoit un masón probado, es poco más que curioso que desde el plano simbólico y material se ve concretamente en La Plata la separación de Estado e Iglesia. Y en momentos en que no solo se funda la ciudad, sino que al mismo tiempo se sanciona la ley 1420 de educación laica y gratuita, ley de cementerios y registro civil. Fueron momentos donde la iglesia como institución perdió poder y control sobre la sociedad en manos del estado.
Vale aclarar que los más reconocidos y destacados masones platenses de esos primeros años de vida no estaban en absoluto enemistados con la iglesia. Todo lo contrario, hay documentos y artículos de época que muestran la relación de Dardo Rocha, Benoit, Langenheim, D’amico, con el clero.
De hecho, el mismo día de la fundación de La Plata fue elegido por Rocha de acuerdo al santoral, para coincidir con el día de San Ponciano, nombre que también llevó su hijo, Carlos Dardo Ponciano Rocha.
Una curiosidad que no pasa tampoco desapercibida en los edificios públicos emplazados sobre el eje fundamental, es que todos tienen dos caras. Una que mira hacia oriente, hacia la luz, la sabiduría y el conocimiento, y una restante hacia el interior de la ciudad, hacia sus habitantes. Repasen cada uno de los edificios mencionados y fijen su atención en las dos caras.